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Los Céspedes

Conoce la historia de família Céspedes

La familia Céspedes

Oriundos de Melo, la familia Céspedes en el año 1890 vivía en Montevideo, en el Barrio 19 de Abril (próximo al Prado) en una enorme casa quinta. Tuvieron 5 hijos a los que llamaron respectivamente Amílcar, Bolívar, Carlos, Delia y Ernesto.

 

AMÍLCAR, BOLÍVAL Y CARLOS

El fútbol ocupó la atención de los tres primeros, comenzando a jugar jóvenes en cuadros del Paso Molino. Rápidamente los Céspedes fueron futbolistas conocidos por fuertes, ágiles y valientes. Amílcar comenzó jugando de centro half, Bolívar de puntero derecho y Carlos de puntero izquierdo.

La incorporación de sus amigos del Club Defensa a Nacional fue decisiva para que los tres se enrolaran en Nacional y se identificaran para siempre los nombres Céspedes y Nacional.

Luego de cada partido se organizaban verdaderas caravanas desde el Parque Central hasta la casa de los Céspedes. Allí entraban los amigos de cualquier origen o escala social. Nacional era el club de la Céspedes y el único y autentico club criollo del Uruguay.

Debutaron contra los marinos del crucero británico “Flora” que era imbatible en el Río de la Plata y jugaron todos los partidos de los años 1901, 1902 y 1903.

Bolívar era un puntero habilidoso, incansable, veloz y de tiro violento. Goleador nato, fue el más celebre jugador Uruguayo de esa época, por su juego y espíritu ganador. De cara redonda y sonriente era el centro de toda reunión en que interviniera.

Amílcar Céspedes en Nacional pasó a jugar de golero.

Carlos era un delantero espectacular, muy querido por el público. Comenzó como puntero izquierdo pero poco después pasa al medio siendo goleador al poco tiempo.

Fueron Campeones Uruguayos en 1902 y 1903. Jugaron en 1903, representando a Uruguay contra la selección Argentina, en el primer triunfo oficial de un representativo Uruguayo.

 

DON EUSEBIO CÉSPEDES Y DOÑA LUISA POLANCO DE CÉSPEDES

El padre de ellos Don Eusebio Céspedes no se perdía un partido de sus hijos y fue un dirigente “natural” de Nacional, integrando repetidas veces la Comisión Directiva.

En 1904 se desató la guerra civil. Era presidente del Uruguay José Batlle y Ordóñez y los blancos de Aparicio Saravia se alzaron contra el gobierno. Los hermanos Céspedes, para huir de la guerra huyeron a Buenos Aires, donde continuaron jugando al fútbol en el Club Barracas.

El campeonato de 1903 termina empatado entre Nacional y el C.U.R.C.C y fijándose la final para el 28 de Agosto de 1904, todavía en plena revolución.

 
 

Los integrantes del C.U.R.C.C. eran empleados del ferrocarril y por lo tanto no estaban afectados al servicio militar como los de Nacional.

Se daba como un hecho el triunfo del C.U.R.C.C. debido a la dificultad de presentarse Nacional con su máximo poderío pues los Céspedes continuaban en Buenos Aires.

Sorpresivamente, a ultimo momento, aparecen jugando y Nacional gana 3 a 2 para adjudicarse el título de Campeón Uruguayo. El gobierno les había dado un salvoconducto por 24 horas para jugar ese partido.

Comienza el campeonato del año 1905. Bolívar contrae viruela, enfermedad mortal en esos años, y muere el 9 de junio. Su muerte provocó una manifestación de pesar colectivo y más de 500 personas acompañaron sus restos hasta el Cementerio de la Teja.

Su hermanos Carlos y Delia se contagian. Esta se salvó pero lamentablemente Carlos también fallece el 30 de junio.

Don Eusebio Céspedes, a pesar de su tragedia, igual se mantuvo firme junto a Nacional y fue Presidente Honorario en 1907.

 

CELIA CÉSPEDES

Doña Celia Céspedes de Boutón Reyes, hermana de Carlos, Bolívar y Amílcar Céspedes, tres de las figuras más puras y gloriosas de nuestra entidad, debe ser recordada con el mismo afecto que sus hermanos.

En los primeros días del nacimiento de nuestro Club, conjuntamente con su señora madre, doña Luisa Polanco de Céspedes atendían y agasajaban a los jugadores que integraban el equipo de Nacional, cuando terminados sus compromisos en el viejo field del Albion, llegaban hasta la casa de la calle Gil a reparar sus fuerzas después de luchas intensas y memorables.

Recordemos que las primeras copas conquistadas por Nacional en los albores de su existencia se depositaron en aquella vieja mansión que vino a ser así una de nuestras primeras sedes.

Allí, sobre el piano, las colocaba la señorita Celia Céspedes y allí permanecieron bajo su custodia durante mucho tiempo hasta que se incorporaron a los restantes trofeos que hoy llenan las vitrinas del Club.

 
 

La atención que la hermana de los Céspedes dispensó a nuestros defensores, la cordial acogida y la solicitud puesta de manifiesto en esas oportunidades tuvieron innegable influencia para la moral del equipo y fue en esa casa donde Nacional logró formar el primer núcleo familiar y donde, tal vez más que en ningún otro lado, bajo la mirada atenta y paternal de don Eusebio Céspedes, venerada figura de la época, Nacional plasmó su conciencia y extrajo la fuerza que cimentó su posterior campaña triunfal.

El calor del afecto directo y personal, de unos pocos suplía entonces la admiración de las muchedumbres que andando el tiempo rodearían a los campeones que vinieron después.

Mucho le debe, pues, nuestro club a doña Celia Céspedes de Boutón Reyes quien a través del tiempo continuó con mismo fervor nacionalófilo y la apasionada devoción por nuestros ideales, iniciada al contacto de los que hicieron grande a Nacional en la aurora de su vida, de los que dándolo todo nunca pidieron nada.

Los Céspedes son un símbolo, casi una leyenda de Nacional. Los necesitó para ser no solo criollo sino para extenderse en todos los lugares donde rodara una pelota y en todas las capas sociales. Con ellos se erigió definitivamente como el primer y único club genuinamente oriental.

Nacional se identificó con los Céspedes y estos con Nacional. Con su nombre, en su recuerdo, se denomina nuestro Complejo Deportivo.